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Entren, entren...pero cuidado con el cuervo, porque en ocasiones ataca. Eyra Wong

viernes, 25 de marzo de 2011

Mi primer intento de poema antitaurino.

Empezando una nueva vida, lejos de la muerte y la sangre; empezando a romper tradiciones sociales como dejar de comer carne. Realizando mis metas e involucrándome más en la causa de los Derechos de los Animales. Ya puedo manifestarme con orgullo antitaurina, porque ya no soy parte de la tortura, ya no saboreo el dolor de otros seres vivos. Difícil tarea en una cultura como la nuestra, pero se puede disfrutar más de la tierra, de la naturaleza y de la vida misma siendo vegetariano.


Héroe perseguido,
casi santo.
No bastan sus alas para escapar.
Cuernos de fuego oscurecen la visión.

Arte que desgarra la piel,
ovaciones de sangre.

Estirpe condenada a la tortura,
marcado en su cuerpo el destino.
Ídolo castigado en tierra de hombre,
mártir confundido con demonio.

Exhausto jadea en la fiesta de su muerte,
incitado a pelear,
no comprende.
Abandonado por sus dioses es herido a traición.

El viento lame su piel,
lágrimas convertidas en lodo.
La espada es el hombre;
busca la expiación de la fiera.

Como ofrenda dejará su cuerpo:
carne envenenada para regocijo.
La bestia suspira,
sólo la muerte se apiada.

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